La generosidad del Profesor Daniel
Quijano me permitió contar con una lectura inesperada para estos
días. La generosidad de la naturaleza me permitió que dicha lectura
fuera acorde con mi entorno, mi avidez lectora y mis estados de
ánimo.
El libro se titula “El escondido
secreto de tu queja” y esto es quizás lo único que me hace ruido:
me parece un título demasiado extenso para un libro de tan trabajada
brevedad, en su conjunto y en la individualidad de cada texto; de todas formas reconozco mi arbitrariedad.
Observo en el texto de Juvenal Torres
-autor de este poemario- un preciso manejo de la concisión poética
-virtud necesaria para cualquier empresa aforística- que se completa
con la contundencia de algunas de las sentencias y la profundidad de
las imágenes. Todo en pequeñas dosis, brevísimos poemas, que
invitan a la reflexión; el espacio en blanco como pausa para las
cavilaciones.
Recostado sobre la arena de Maldonado,
acudo sin pensarlo a este muestrario de pensamientos del poeta
salteño, elijo de pronto una de sus piezas, la abandono y voy por
otra, reconociendo o no sus secretas complejidades, los gestos del
desconsuelo o el camino de las azucenas. Entre mis favoritas, vayan
como souvenir (para ustedes) las siguientes:
*
"Alégrate que aún sientes el sol
sobre tu carne fría.
No hay mucho más."
*
"Que los dioses te libren
de la batalla
feroz de la esperanza."
*
"Con tu fragilidad y tu tristeza,
al menos intentaste ese jardín
inútil de azucenas."
*(1)
(1) Los textos pertenecen a El escondido secreto de tu queja, Juvenal Torres (2014).
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