Libros

jueves, 27 de febrero de 2020

Mis "lecturas de verano" (2)





Las vacaciones permiten, entre otras cosas, echar una mirada de mayor duración sobre nuestra biblioteca. Ya no se trata de captar desde las alturas el libro urgente para tal o cual tarea: llámese planificar una clase, elaborar un ensayo o simplemente entregarse a la lectura. Descubrimos tras cortinas de polvo aquel libro abandonado injustamente por otro o invisibilizado por un cerro de ejemplares “más necesarios”. Fue así que reapareció ante mis ojos este diario de viajes de Bukowski. No recuerdo bajo qué circunstancias lo adquirí pero imagino que se trató de una compra compulsiva, sin ninguna convicción ya que el libro terminó rápidamente en las estanterías casi sin ser revisado. Empecé a leerlo en el jardín de la casa de mis padres mientras mi viejo bebía una copa de vino en honor al viejo Hank (aunque este hubiera preferido unas cervezas). Y si la pregunta es ¿qué podemos esperar de este texto de Bukowski? La respuesta resulta muy sencilla: lo de siempre. Y para los que disfrutamos de cuentos como “La chica más hermosa de la ciudad”, de la novela Factotum o de los poemas incluidos en Madrigales de la pensión, esto no está nada mal. En los diarios escritos durante su primer viaje a Europa (Francia y Alemania) Bukowski –como un ebrio Whitman- se celebra y se canta a sí mismo. Borracho desde la primera página se burla de la gran literatura, lee poesía para multitudes, se pelea en un masivo programa de la televisión francesa y no es bienvenido en la casa de la familia de su novia, la incansable Linda Lee. Las numerosas fotografías de Michael Montfort son una apoyatura provechosa para rellenar el cuadro de lo narrado por Bukowski, un marco firme para estas postales delirantes que se suceden sin piedad y que no nos dejan otra cosa que una mueca risueña tras abandonar el libro. No es poca cosa.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gabinete poético - 5

¿Cómo sería atravesar una cuarentena dentro de mi Gabinete poético? Esa pregunta me asaltó en esta nueva y repetida mañana. Decidí visit...